En ocasiones, descuidamos la dieta, refiriéndose ésta a la ingesta diaria de alimentos que componen nuestro comportamiento nutricional, no en el sentido de ponerse a régimen, como solemos emplear este término. Sin embargo, comer bien es garantía de salud y bienestar, pues bien es sabido que “somos lo que comemos”.
No obstante, antes que nada, hay que tener claro que las características del régimen alimentario dependen de las necesidades del individuo: hay quienes deben bajar de peso y, por lo tanto, comerán ciertas cantidades y tipos de alimentos, mientras que otros necesitan aumentar sus defensas y se alimentarán de otro modo. Pero no solo eso, si no que no hay dieta igual para cada persona “a cada metabolismo su dieta”, ni dieta fija para una persona de por vida, las circunstancias cambian y nuestro cuerpo también.
Ahora que llega el verano y, como es habitual, mucha gente comienza la operación bikini, es decir, empieza a haber overbooking en los gimnasios, aumenta el consumo de ensaladas y productos frescos y los nutricionistas están en temporada alta. Sí, una costumbre y un error que esperemos deje de ser estacional y se ponga en modo permanente. Con este fin, te damos unos consejos para que veles por tu dieta a coste cero y de forma continuada.
1.Comer cuando se tiene hambre: el cuerpo es sabio y debemos escucharle, no hay que comer ni porque toca ni por aburrimiento o estrés. Además, cuando se come con hambre se disfruta y se aprecian todas las características de los ingredientes, algo que pasa desapercibido cuando se come por comer. Solo hay que comer el mismo producto en ambas situaciones –con o sin- para comprobar cómo cambia el sabor y nuestra apreciación.
2. No siempre hay que comer lo mismo: la cantidad de nutrientes que nuestro organismo necesita puede variar en función de nuestra actividad o rutina. En mi caso, lo he notado en los viajes de larga estancia: cuando vivía en Londres, mantuve la dieta que hacía en España, y perdí bastante peso. Ni el clima, ni el ritmo de vida era igual, por lo que tenía que haber incrementado la ingesta diaria y comer más carbohidratos. Por tanto, hay que adaptarse a los cambios sin descuidar la alimentación, porque al final nos pasa factura.
3. No perder de vista el color: comer colorido durante la semana es una de las formas más fáciles, además de atractiva, de mantener una dieta saludable. Los alimentos de diferentes colores cuentan con antioxidantes diferentes que ayudan a prevenir enfermedades. Un buen truco es buscar un equilibrio cromático en nuestras comidas: la mayoría de las veces las proteínas son rojas, las hortalizas, verdes y los carbohidratos, naranjas. Así, lo más recomendable es que cuando la base de una comida sea un filete de carne, es decir, proteína roja, lo combines con una buena cantidad de verduras de color variado y un toque de color neutro (arroz, patatas, pan o pasta) para aportar los carbohidratos.
Además, los ingredientes aportan unos beneficios concretos atendiendo al grupo de color al que pertenecen: por ejemplo, los de color rojo (cereza, frambuesa, fresa, granada, sandía, pimiento rojo, rábano, tomate, etc) son los que más energía aportan, son excitantes y abren el apetito. Nos ayudan a tener una mejor salud cardiovascular, mantener una buena memoria, disminuir el riesgo de cáncer y disminuir el riesgo de enfermedades del sistema urinario.
4. Comer productos de temporada, frescos y de calidad: tan solo es cuestión de saber la estacionalidad de los productos antes de hacer la compra para llenar la cesta con productos de calidad, mejores para nuestro cuerpo y para nuestro disfrute “cuando son de temporada se nota, porque el tomate sabe a tomate, la sandía a sandía y así sucesivamente”. Así mismo “menos es más”: mejor comer menos pescado, pero que no sea de piscifactoría alimentado con piensos convencionales, para eso, mucho mejor una lata de sardinas en conserva. Te aconsejo imprimir un calendario con los productos frescos de temporada y ponerlo en la cocina; te ayudará a estar al día sin darte cuenta.
5. Saber cocinar es un plus para garantizar una dieta saludable: cocinar es como todo, hay que ponerse y practicar, pero es algo relativamente sencillo. Evidentemente, hay recetas más complicadas, pero para comer sano no es necesario ser un experto culinario, para eso ya están los grandes cocineros. Hoy en día “aprender a cocinar” está a tan solo un click; hay excelentes cursos de gastronomía on line, miles de recetas por la web, videos y tutoriales, así que solo es cuestión de querer invertir un poco de tiempo y curarse en salud. Los ritmos de vida no ayudan e impulsan al consumo de comida elaborada, pero donde llega el tupper de comida casera que se quite el envoltorio.
No lo olvides, cada cuerpo es único y evoluciona; si le escuchas, estarás más sano, más contento y estarás listo cada verano sin necesidad de sufrir la operación bikini.
Y tú, ¿La sigues o no? Cuéntanos.
1 respuesta a 5 pautas para una alimentación saludable
Hola
Un articulo genial
Hay que cuidar su cuerpo y mente, a pesar de las situaciones, de los horarios de trabajo, del animo, delas ganas.
Hay que buscar ganas para cocinar en casa y saber: SOMOS LO QUE COMEMOS y de Aquí: SOMOS Lo
que pensamos.
Si comemos mal, pensamos negativamente e influimos de manera negativa a todo nuestro alrededor.
Gracias, Ya he impreso el Calendario con los productos frescos de temporada!!!!
gracias mil, Lara