Lemón Pie Monster Milkshake

El verano, esa estación que todos deseamos que llegue y cuando lo hace deseamos que acabe cuanto antes ¡Yo no me incluyo, amo el verano!

Los hábitos cambian, las mesas se llenan de cosas ligeras y frescas, como ensaladas y sopas frías… Las pastelerías se vacían, son destronadas por los helados y eso es algo que no acabo de entender, la pastelería es muy versátil y se adapta, al igual que la cocina salada, a la estación: las frutas de verano son jugosas, deliciosas y, además, podéis aprovechar y practicar los ejercicios de cremas y rellenos del Curso de Pastelería y Repostería, para los que apenas empiezan y crear dulces deliciosos (mousses, semi-fríos, charlotas, verrines y un sin fin de posibilidades a las que se suma una nueva moda de USA: los Monster Batidos. ¿Y esto qué es?

Se trata del batido de helado de toda la vida, pero decorado muy barrocamente con dulces como galletas, gofres, filipinos, donuts, chuches… todo vale y cuanto más recargado mejor. La novedad no es solo esta, ya sabéis cuánto les gusta hacer versiones al otro lado del charco y, últimamente, veo tartas convertidas en batidos, clásicos como el red velvet o el carrot cake, todo es posible. Hoy, os traigo un batido del clásico lemon pie americano, que es el favorito de mi hermana y que se convirtió en su batido de cumpleaños. Os aconsejo que para su elaboración cuanto menos producto comprado mejor, porque ahí reside el secreto de un buen pastelero.

INGREDIENTES (1—6 pax)

• 500 g de lemon curd (lo venden en algunos supermercados, pero está más rico si lo hacéis en casa, siempre se hace el día anterior al que hagáis los batidos).
• 250 ml de leche (la que toméis habitualmente, con la de almendra sale rico, también podéis usar nata pero quedara más pesado.
• 1 tarrina de helado de vainilla (existe helado de lemon pie en algún súper, así que, si no tenéis tiempo, se puede usar como sustituto del curd de limón y del helado de vainilla)
• 60 g de galletas machacadas tipo digestive, graham crackers....

Para el merengue italiano:

• 165 g de azúcar
• 80 ml de agua
• 2 claras (si son pasteurizadas serían unos 60 g)
• Una cucharadita de extracto de vainilla

ELABORACIÓN

Primero hacemos el curd de limón: en un cazo ponemos a calentar el zumo de limón (100 g y la ralladura de uno), mientras se calienta mezclamos en un bol 130 g de azúcar, 150 g de huevo entero (aproximadamente 3 unidades) y lo mezclamos bien: sobre esta mezcla volcamos el zumo caliente sin dejar de remover y volvemos a ponerlo todo al cazo, a fuego medio, removiendo constantemente hasta que empiece a burbujear. Retiramos, pasamos a un recipiente, filmamos a piel y, una vez a temperatura ambiente, lo ponemos en frío (si ya sois unos expertos yo lo hago en un solo paso).

El merengue italiano es bien sencillo: montamos las claras a punto de nieve, mientras en un cazo ponemos el agua y el azúcar y calentamos hasta los 120 grados, momento en el cual bajamos la velocidad de la batidora y le añadimos el jarabe a hilo, siempre lejos de las varillas ya que quema mucho y hay que evitar que salpique. Seguimos batiendo hasta que se enfríe el recipiente, entonces lo llevamos a una manga con o sin boquilla y reservamos. El merengue os aconsejo hacerlo justo antes del batido porque si no se queda más líquido (es lo que me ocurrió a mí, que entre hacerlo por la mañana y el calor del transporte llegó un poco perjudicado).

Montaje: sumergimos el borde del vaso un poco en la crema de limón, pasamos por la galleta y al congelador. En la batidora de vaso o similar, ponemos el helado, la leche, el curd de limón y la galleta machacada restante, batimos hasta que la mezcla se vea homogénea, sacamos los vasos del congelador y los rellenamos dejando tres dedos antes de llegar al borde. Decoramos la parte superior con el merengue y lo tostamos con un soplete (si queremos). Con unos palitos de brocheta insertamos todo aquello con lo que vamos a decorar, en mi caso golden oreo y gominolas de limón y piña. Lo ideal sería añadirle unas nubes pero no encontré en el súper, también podéis escudillar el merengue y hornearlo, poner macarons de limón... ¡El límite es vuestro!

Espero que os haya gustado y que lo pongáis en práctica. Doy fe, ¡Está delicioso!