Empezaré con una pregunta y os invito a reflexionar sobre ello ¿Cuántas veces has disfrutado de una comida que te agua la fiesta? ¿O te hace sentir pesadez o malestar?
Pues bien, el fin de la Buena Mesa es disfrutarla desde el momento que se invita hasta el momento que se recuerda, por eso, hoy, mi propósito es darte algunos consejos para que puedas practicar este cometido y saborear el momento desde otra perspectiva.
Consejos para estar a gusto en una comida de principio a fin, armonizados en 3 pasos:
- Previo: el primer ingrediente es ir con actitud positiva a cualquier encuentro, con la sonrisa por delante y con ropa cómoda, dejemos esos vestidos apretados o pantalones para otras ocasiones. Ojo, quien pueda, adelante, pero para quien tenga resentido el estómago es algo a tener en cuenta.
Practicar el deporte habitual antes o caminar un poco –siempre que se disponga de tiempo para ello-.
Si es comida, hacer un desayuno más ligero y con más vitaminas que carbohidratos. Si es cena, una comida liviana.
No citaré los medicamentos, pues cada quien sabe su medicación y, hoy en día, por ejemplo, más de uno tenemos que depender del omeprazol frente a comidas pesadas.
- Durante: lo que ya sabes, comer despacio y masticar bien “la buena charla ayuda a ello”, evitarás las molestias de los gases y tendrás una mejor digestión.
No mezclar distintas bebidas con alcohol y, si se hace, es aconsejable que sean de menor a mayor graduación alcohólicas.
Sí, sí, ese sorbete que viene antes de la carne y que es costumbre poner en los menús especiales, mejor evitarlo, bajas la temperatura del cuerpo, para volver a seguir con el plato caliente después; eso, si lo piensas con lógica, no tiene sentido. Mejor dejar el sorbete para el final de la comida.
Comer lo que uno pueda, sin forzarse, porque después vienen las molestias. Piensa que siempre hay postre y que llega cuando no hay hambre, así que, si lo pillas con un poquito de ganas, te aseguro que lo disfrutarás más. Es un truquito para ir comiendo de todo, pero poquito durante la velada.
Por supuesto, si sabes que algo te sienta mal, aunque te encante, ni lo pruebes.
- Después: normalmente, en las comidas de amigos, sobre todo, en fechas señaladas como la Navidad, donde hay comidas de aquí y de allá, se suele cerrar el encuentro con la hora de las copas. Aquí también hay que ser precavido si quieres pasar un buen rato y no estar a disgusto toda la noche. Lo de siempre, beber con moderación y no mezclar bebidas es clave para aguantar fresco y disfrutar en compañía que es el primordial objetivo.
Si hay baile, no seas de los aburridos que se sientan y observan, márcate un bailoteo, solo o en compañía, pero te divertirás y, además, estarás ganando en salud… Al día siguiente, el desayuno llamará a tu mente y eso es buena señal, será indicio de que has hecho un buen trabajo de Buena Mesa y Cotillón.
Estos son los consejos que te traigo hoy, aplicables tanto en Navidad como en cualquier comida venidera que tengáis. Espero que tengas una Buena Mesa, de esas que se recuerdan con gusto, que invitan a ser repetidas y que no te causan acidez cuando son recordadas.
Por último, piensa, cuando vas a un restaurante y te pasas de comer ¿Qué dices? “pufff qué pesado… menos mal que esto no es todos los días”; ese no es el fin. Hay que abandonar el restaurante o la comida contento/a, queriendo volver a repetir experiencia, porque al fin y al cabo, todos los días comemos ¿No?
PD: la imagen es de un almuerzo en el Restaurante Banna (Barcelona), donde apliqué los consejos “in situ” pues tenía una cena especial Navidad por la noche.
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