Pautas para un viaje gastronómico al 100%

Si eres foodie y te gusta disfrutar de los viajes captando al máximo sus aromas y sabores, aquí te dejamos una lista para la mise en place de tu aventura.

Aprovechando que en breve marcho a los EEUU, donde pasaré unos meses y donde nunca estuve, quisiera contarte algunas prácticas que estoy realizando antes de mi partida. Por supuesto, soy foodie de día y de noche, aquí y allá, por eso, siempre que viajo, la gastronomía ocupa parte de mi mochila. Si te pasa como a mí y eres curioso-gustoso del buen comer, espero que mis consejos condimenten bien tu próximo viaje.

- Ver si tienes a alguien conocido en destino; si es así, contacta con tiempo con él/ella y hazle saber que estás yendo de visita. Si se puede, le verás, si no, al menos, podrá recomendarte sitios e introducirte con algunas personas de su círculo.

- Si sabes de alguien que ya ha estado en el lugar, preguntale qué le gustó más, si recuerda algún restaurante o comida que le llamó la atención.

- Sé curioso/a y preocúpate por saber de su cultura, horarios de comida, hábitos, productos típicos, costumbres culinarias. En este sentido, muchos bloggers viajeros y gastronómicos cuentas sus experiencias, las tenemos a un click; solo tienes que pararte a buscar, encontrarás información muy útil.

- Busca restaurantes asiduos a la gente local, allí probarás comida típica; lo mismo con las pastelerías tradicionales, panaderías… Por supuesto, no dejes de visitar el mercado.

- Si es una ciudad pionera en tendencias culinarias, ves con mente abierta e intenta ir a los sitios más top y novedosos. Sé un “gastrohunter”, es decir, un cazador de gastrotendencias y disfruta como un “foodie”. Por ejemplo; yo próximamente iré a Nueva York y ya tengo anotado Dominique Ansel Bakery, el lugar donde nacieron los cronuts, entre otras cosas, jeje…

-Echa un vistazo a las guías gastronómicas y a los gastroblogs de la ciudad. Tal vez, haya un meet up o algo similar con apasionados de la buena mesa; si puedes, no dejes de ir a un encuentro de estos, merecen la pena y siempre acabas conociendo gente afín e interesante.

- No te olvides de llevar libreta, cámara y una mochila; yo acostumbro a traerme cosas típicas (especias, salsas, vinos, chocolates…) de regreso a casa. Ingredientes fáciles de trasportar, no perecederos y que me ayudarán a recordar “ya en tierra” el viaje a través de sus sabores más característicos.

-Por último, ¿Sabes que ingredientes no puedes dejar en casa? El apetito y las ganas de aprender, porque, como bien sabes, comer sin ganas no es un placer; para que el bocado sea placentero tiene que apetecer, sin duda ¡Las cosas con ganas saben mejor!

Hasta aquí, mi brainstorming “pre viaje” que espero te haya gustado y puedas aplicar en alguna de tus aventuras. Yo los pongo en práctica y, la verdad, la vuelta siempre viene con buen retrogusto.

Viajar es una de las mejores recetas de la vida, así que no dejes de cocinar viajes, el aprendizaje está servido y el gusto garantizado.